Edward Snowden, el excontratista de la NSA que desató este debate sobre la privacidad, se unió a las filas de defensores de Apple. El martes 16 de febrero, un magistrado federal estadounidense falló que Apple debe ayudar al FBI a descifrar el código del teléfono de uno de los pistoleros del caso San Bernardino. El FBI no logró descifrar la contraseña, que es la única forma de tener acceso a su iPhone
"El gobierno está pidiendo a Apple que entre a los sistemas de nuestros propios usuarios y que mine décadas de avances en seguridad que protegen a nuestros clientes", dijo Cook.
Apple planea apelar el fallo con la ayuda de la Unión de Derechos Civiles de Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en inglés).
El miércoles 17 de febrero, los bandos quedaron claros: los políticos contra los ingenieros.
"El FBI está creando un mundo en el que los ciudadanos dependan de Apple para defender sus derechos cuando debería ser al revés", escribió Snowden en Twitter.
El miércoles por la tarde, el poderoso grupo de empresas de tecnología de Silicon Valley se manifestó a favor de Apple.
"Nos preocupan las implicaciones a gran escala… de pedir a las empresas de tecnología que cooperen con los gobiernos para desactivar las funciones de seguridad o implementar vulnerabilidades a la seguridad", señaló el Information Technology Industry Council, mismo que representa a Dell, Facebook, Google, Hewlett Packard, IBM, Microsoft, Nokia y otras empresas.
El FBI ha querido tener acceso especial a los smartphones desde hace años. Las empresas de tecnología se han rehusado y han mejorado la seguridad de los datos de sus clientes.
Los criptógrafos, expertos que desarrollan las medidas de seguridad para la tecnología, han advertido de forma unánime que el acceso especial es una idea peligrosa. Para ellos no es una cuestión de competencia entre seguridad y privacidad, sino solo de seguridad.
Las empresas de tecnología como Apple y Google cuentan con medidas de seguridad en sus dispositivos con el fin de impedir que cualquiera tenga acceso: piratas informáticos, gobiernos e incluso las mismas empresas.
Pero si las obligan a abrir una puerta a la policía, los piratas informáticos y los gobiernos también podrán entrar.
Esta batalla por el cifrado de la información finalmente llegó a un punto álgido.
Syed Farook, el pistolero de San Bernardino, usaba un iPhone 5C. El FBI ha tratado de descifrar su contraseña para desbloquearlo. Si yerran 10 veces, el iPhone de Farook borrará permanentemente todos los datos que tiene almacenados.
Apple no tiene las claves de este dispositivo. Sin embargo, el FBI quiere que Apple cree una versión especial de su software iOS para el teléfono con el fin de burlar las funciones de seguridad de Apple y permitir que los agentes tengan acceso a él.
Dan Guido, director de la empresa de seguridad cibernética Trail of Bits,
explicó el miércoles en un blog que es posible lograrlo. Dijo que funcionaría en cualquier iPhone 5C o en modelos anteriores, con lo que estarían "en riesgo cuando las corporaciones policiacas de todo el mundo los confisquen".
En 2015, los principales criptógrafos del mundo publicaron un
ensayo conjunto en el que afirman que esta es una mala idea. CNNMoney les preguntó si este caso particular hacía que cambiaran de opinión. Los siete respondieron que no.
Matthew Green, profesor de Criptografía y Seguridad Cibernética en la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, teme que sea una situación peligrosa. Si Apple obedece al gobierno esta vez, la obligarán a hacerlo en el futuro.
"No he visto que haya algún principio rector que impida que esto se salga de control. Bien podría resultar en que cada estadounidense esté menos a salvo", dijo.
Steven M. Bellovin, profesor de Ciencias Computacionales en la Universidad de Columbia en Estados Unidos, dijo que si Apple no opone resistencia al FBI, pronto sentirá la presión de gobiernos autoritarios y represores como China.
"Esto facilita mucho las cosas para que otros… otros departamentos de policía, otros gobiernos… exijan lo mismo", dijo.
Bruce Schenier, uno de los principales criptógrafos del mundo, advirtió que los criminales también podrían usar esta clase de acceso especial para entrar en los teléfonos de la gente y robar mensajes, fotografías y otra clase de información personal. Si Apple crea una versión más vulnerable de su sistema operativo, otros se apoderarán de él.
Ron Wyden, senador estadounidense y uno de los pocos políticos que salió a la defensa de Apple, dijo que "no se debería obligar a ninguna empresa a debilitar sus productos deliberadamente".
Otros políticos contraatacaron el miércoles. Josh Earnest, secretario de prensa de la Casa Blanca, dijo a los reporteros que el FBI "no le está pidiendo a Apple que rediseñe su producto ni que cree una puerta trasera para uno de sus productos. Simplemente le está pidiendo algo que tendría efectos en este dispositivo en particular".
Donald Trump, el principal candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, también opinó: "tenemos que abrirlo". Marco Rubio, quien también busca la candidatura republicana, dijo que Apple debería ceder y "ser una buena persona moral".
Sin embargo, quienes respaldan las exigencias del FBI reconocen que es un punto sin retorno. Cyrus Walker da clases en el Centro de Análisis de Defensa Cibernética (institución que recibe recursos del gobierno estadounidense) y capacita a los agentes federales y a la policía para penetrar en los sistemas de los smartphones en casos penales.
"Si Apple demuestra que tiene la capacidad para burlar sus propias medidas de seguridad, lo hecho hecho estará y no habrá forma de deshacerlo", dijo Walker.
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